miércoles, 21 de febrero de 2018

PP vs Cs

Introducción: algunos hitos del pasado

Los llamados partidos emergentes tienen un primer origen ideológico en la reacción tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el denominado Espíritu de Ermua (1997). Que dio lugar a la aparición de dos asociaciones cívicas de defensa frente al nacionalismo obligatorio: Foro de Ermua (1998) y ¡Basta ya! (1999). Ambas organizaciones promovieron la colaboración de PP y PSOE para desmontar las distorsiones nacionalistas y los excesos derivados. 

Al principio de su 2ª legislatura, Aznar buscó la creación, con Planeta, de un grupo mediático fuerte, similar al que la izquierda tenía con Prisa. Algo así como el bipartidismo mediático. Esto le trajo la oposición del resto de Medios de la derecha, que comenzaron una campaña de desgaste al PP, siguiendo con sus portadas y editoriales los temas que marcaba la izquierda: Decretazo, Prestige, Guerra de Irak... un desgaste que acabaría propiciando el cambio de gobierno.

Tras el triunfo de Rodríguez Zapatero en 2004, 11-M de por medio, el enfrentamiento entre PP y PSOE creció hasta volver implanteable la colaboración, así que las asociaciones cívicas fueron arrinconadas y sus posiciones pasaron a ser defendidas desde dos partidos políticos: Ciudadanos (2006) en Cataluña y, sobre todo, UPyD (2007), más directamente derivada de ¡Basta YA!, con vocación de convertirse en un partido de representación nacional y que añadió la reclamación de regeneración democrática.

Ya al final de la 2º legislatura de Zapatero, en 2011, el exceso de demagogia resultaba tan evidente que apareció un movimiento de denuncia de una clase política en extremo teatral. El 15-M venía a decir: no nos representan, esto es una farsa. Este es un segundo origen de los actuales partidos emergentes, que explica la deriva actual, con mucho más componente mediático, publicitario.

En 2012, apenas un par de meses después de que Rajoy iniciase su 1ª legislatura, el PP mostró su disposición a retomar la estrategia del bipartidismo mediático (Planeta - Prisa) y el resto de medios de la derecha retomaron la batalla contra el PP. Se intenta materializarla por la derecha, con un muevo partido, VOX (2013), que no llega a cuajar.

Allá por 2014, la prensa de izquierda ajena a PRISA apuesta por un nuevo partido, Podemos, y la prensa de derecha ajena a Planeta apoya a Ciudadanos. Son los llamados emergentes.
Ambos partidos tienen un claro lanzamiento mediático en el que Podemos despliega un populismo de izquierdas y rentabiliza la bandera del 15M y un renacido Ciudadanos sustituye a UPyD portando la bandera de la regeneración y la resistencia frente al nacionalismo. 





La actualidad: Cs y PP
 
El origen mediático de Cs y la interminable guerra de medios contra el PP marcan sus características actuales. Ciudadanos es un partido de imagen, casi sin hechos que se puedan valorar, y el PP es un partido de hechos que no consigue rentabilizar en imagen.


Pero nada es absoluto, así que analicemos un poco lo que nos dicen los hechos.

El PP ha conseguido sacarnos de la crisis: tenemos ya un Crecimiento importante, el Déficit ajustado a la regla europea e incluso ha comenzado a disminuir la Deuda en porcentaje. Esto no da muchas portadas, pero es un enorme logro que tiene su guinda en la vicepresidencia del BCE de de Guindos.



Respecto del nacionalismo, Rajoy lleva toda su presidencia enfrentado a un Procés al que no ha hecho concesiones ni facilitado una escalada emocional. Una novedad que ya se verá cómo acaba. Pero que de momento ha aportado algunos beneficios importantes, como por ejemplo:

  - posibilitar que aparezca una reacción a la presión nacionalista en Cataluña (la convivencia no puede estar sustentada en el sometimiento a una supremacía nacionalista);

  - frenar la tradicional permisividad. Por primera vez se está visualizando que saltarse la ley trae consecuencias (me gustaría resaltar que impedir la permisividad es una faceta esencial a la hora de enfrentar una ideología manipuladora, que siempre presionará para obtener más, para dominar);

   - o sentar precedentes nacionales como la aplicación del 155 o la no cesión al chantaje inicial.


Cs, más enfocado en la comunicación, ha realizado una importante labor de difusión del mensaje de resistencia frente al nacionalismo. Aportándole además una imagen joven, moderna y local, que dificulta al nacionalismo aplicar los prejuicios habituales contra los no nacionalistas (casposo, franquista, anquilosado, ajeno...)

Pero esta labor la ha acompañado de dos facetas negativas a mi modo de ver. O al menos una y media. Derivadas de un exceso de ambición partidista y el subsiguiente deseo de aprovechar el viento [mediático] a favor que le ofrecen los medios de derecha en pugna con el PP:

 +  El primero ha sido la deslealtad. En algunos objetivos, como la defensa frente al nacionalismo, se ha visto en compañía primero de UPyD y luego del PP. En ambos casos no ha dudado en priorizar el desgaste del compañero de viaje. Algo muy perjudicial, dado que el nacionalismo se ha alimentado tradicionalmente de hacer un frente común contra el PP y ve validada esta propaganda.

 + El segundo, en el que afortunadamente no se ha alineado al 100% con la estrategia de los medios que le apoyan, ha sido dar una respuesta agresiva al nacionalismo. Caer en la distorsión manipuladora similar a la nacionalista pero de signo opuesto (por ejemplo, si el nacionalismo dice "España nos roba", responder con un distorsión similar tipo "el cuponazo es un robo" o "estamos financiando el secesionismo con el FLA").

Por poner un ejemplo comparativo. Frente a la cuestión del adoctrinamiento con la educación, Cs ha intentado iniciar una caza de brujas enfocando en los casos más extremos de adoctrinamiento en la escuela en Cataluña, algo que sin duda llevaría a un enardecimiento general de las emociones. El PP, sin embargo, lo ha planteado con una estrategia de apelación al sentido de Estado, enfocando en defender la libertad de elección de lengua. Además, Cs lo ha aprovechado para acusar al PP de no defender a los catalanes mientras que el PP ha presumido de su plan, pero sin acusar a Cs. 

Respecto de la economía es difícil valorar a Cs. Al esquivar la participación en los distintos gobiernos que ha posibilitado, no hay hechos que analizar. Pero creo que en el discurso se percibe una cierta incoherencia de corte oportunista. Apoyando simultáneamente reducir el gasto e impuestos y sin embargo ofreciendo mejoras económicas a los distintos colectivos en cada caso concreto (equiparación...)

Y una faceta de Cs me preocupa especialmente. Su ambición hace temer una peligrosa irresponsabilidad. Un par de ejemplos:

 - en plena campaña nacionalista y aún sin finalizar aun la recuperación de la crisis económica, estuvo a punto de aupar al gobierno a Sánchez. ¡A un Sánchez que peleaba con su propio partido para poder aliarse con ERC y Podemos!

 - en materia electoral, UPyD propuso en su día incorporar un número de diputados de ámbito nacional, una medida correctora de los desequilibrios geográficos y de la excesiva falta de proporcionalidad derivada. Pero ¿qué está proponiendo Cs? acabar con el sistema d'Hondt, es decir, eliminar algo importante que favorece la gobernabilidad.




 Conclusión: PP vs Cs

Mi impresión es que el Cs de Rivera y el PP de Rajoy no son en absoluto equiparables o intercambiables. 

Rivera se deja llevar por la respuesta agresiva e interesada: movilizar mediante la indignación.
Rajoy busca mecanismos más asertivos y por lo tanto más constructivos, como ir desmontando las presiones nacionalistas sin favorecer una escalada de demagogias.
 

Uno es responsable y estadista, el otro oportunista y partidista, jugando a lo de siempre, lanzar la cuestión nacionalista contra el PP, y favorecer cualquier equilibrio de fuerzas que piense le beneficia. 

Una cuestión, probablemente, más de personas que de partidos.


/***/

P.D.1: (11 mayo 2018) Solo recordar que el antinacionalismo, con el que Cs ha coqueteado desde que comenzó el Procés, es uno de los obstáculos para enfrentarse al nacionalismo.